Es un vino brillante que a simple vista denota cierta "robustez" en la copa, de intenso color, con los característicos destellos violetas que aparecen en los Malbec de altura.

En nariz se desprenden notas de frutos rojos como ciruela, mermelada de frutos negros, arándanos y moras, acomplejados con toques de cacao y hoja seca, casi como sello de distinción de este Malbec logrado a 1300 metros, en una zona de noches frías como Gualtallary.

Al beberlo se percibe con una entrada amable, jugoso, de taninos bien marcados, buena textura y presencia. Un vino super equilibrado y de final muy frutado.