La Trilogía de Bonarda 2018 nació a partir del estudio del equipo enológico en el desarrollo y expresión de esta cepa en las distintas indicaciones geográficas en Mendoza. Así, estos tres vinos: NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Agrelo, Luján de Cuyo; NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Tupungato, Valle de Uco; NIETO SENETINER, Trilogía

La Trilogía de Bonarda 2018 nació a partir del estudio del equipo enológico en el desarrollo y expresión de esta cepa en las distintas indicaciones geográficas en Mendoza. Así, estos tres vinos: NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Agrelo, Luján de Cuyo; NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Tupungato, Valle de Uco; NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Desierto de Lavalle, nacieron de las uvas cosechadas en tres terruños diferentes. La bodega es líder en el desarrollo de la Bonarda. La historia de Nieto Senetiner con esta cepa fue azarosa. La elaboración de estos vinos llegó por casualidad debido a la compra de 200 hectáreas en Agrelo, Luján de Cuyo, que sorprendió con esta uva extraña y su aroma a rosas. Esto fue en el año 2000, donde se produjeron 30.000 litros exportados al Reino Unido. Más tarde, la prensa internacional se enamoró de este vino, que recibió el mayor reconocimiento con los premios del Doble Oro del Vinandino 2001, el VinItaly y la Revista Wine Advocate (de Robert Parker).

En la zona de menor altitud en el Desierto de Lavalle (600 msnm), el vino expresa en nariz notas maduras y en boca es sedoso. Con respecto al viñedo, se plantó en 1994 y el suelo se caracteriza por ser profundo, arcilloso-limoso, con arena en profundidad sin presencia de piedras o canto rodado. En Agrelo, Luján de Cuyo, (1050 msnm) se muestra una nota más clásica en nariz y en boca un nervio ácido más claro. El viñedo se plantó en 1974, el suelo se caracteriza por ser profundo y uniforme, de textura franco-arcillosa y con gran capacidad de retención de humedad. Finalmente, en Tupungato, Valle de Uco (1150 msnm) el vino es más fresco en nariz, con notas ácidas y tánicas que lo hacen muy determinante. Con respecto al suelo, se destaca por ser profundo y uniforme, con una textura franco-arcillosa, además de tener una gran capacidad de retención de humedad. Podemos encontrar el viñedo desde su plantación en 1974.
 
El proceso de elaboración de la Bonarda parte desde un manejo vitivinícola claro, preciso y específico. Cabe destacar que este varietal es vigoroso y productivo, por ende, es necesario administrar su producción para alcanzar un equilibrio follaje-racimo adecuado y lograr su perfecta madurez. Luego, en bodega, el enólogo hace un manejo racional de los procesos de extracción de los componentes de la piel y una correcta gestión de los azúcares de la uva. El contacto con madera es el pináculo final del proceso, ya que como variedad requiere del aporte de los taninos que obtiene de barricas para lograr su maduración en el tiempo.
 
A nivel mundial, existen 36 sinónimos de la denominación de Bonarda. Si bien está difundida en Francia, Italia, Estados Unidos y en Argentina, en nuestro país posee la superficie más grande con 18.000 hectáreas. La Bonarda es una cepa muy antigua en Argentina. De hecho, uno de los primeros censos vitivinícolas, la ubican en el año 1934 y contabilizan implantaciones de esta variedad antes de 1900.

NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Desierto de Lavalle.

Notas de frutos rojos maduros que combinan con la vainilla del añejamiento en roble francés. Destaca en boca la sensación dulce sobre la acidez y los taninos.

Nieto Senetiner Trilogía de Bonarda Descierto de Lavalle 2018

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La Trilogía de Bonarda 2018 nació a partir del estudio del equipo enológico en el desarrollo y expresión de esta cepa en las distintas indicaciones geográficas en Mendoza. Así, estos tres vinos: NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Agrelo, Luján de Cuyo; NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Tupungato, Valle de Uco; NIETO SENETINER, Trilogía

La Trilogía de Bonarda 2018 nació a partir del estudio del equipo enológico en el desarrollo y expresión de esta cepa en las distintas indicaciones geográficas en Mendoza. Así, estos tres vinos: NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Agrelo, Luján de Cuyo; NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Tupungato, Valle de Uco; NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Desierto de Lavalle, nacieron de las uvas cosechadas en tres terruños diferentes. La bodega es líder en el desarrollo de la Bonarda. La historia de Nieto Senetiner con esta cepa fue azarosa. La elaboración de estos vinos llegó por casualidad debido a la compra de 200 hectáreas en Agrelo, Luján de Cuyo, que sorprendió con esta uva extraña y su aroma a rosas. Esto fue en el año 2000, donde se produjeron 30.000 litros exportados al Reino Unido. Más tarde, la prensa internacional se enamoró de este vino, que recibió el mayor reconocimiento con los premios del Doble Oro del Vinandino 2001, el VinItaly y la Revista Wine Advocate (de Robert Parker).

En la zona de menor altitud en el Desierto de Lavalle (600 msnm), el vino expresa en nariz notas maduras y en boca es sedoso. Con respecto al viñedo, se plantó en 1994 y el suelo se caracteriza por ser profundo, arcilloso-limoso, con arena en profundidad sin presencia de piedras o canto rodado. En Agrelo, Luján de Cuyo, (1050 msnm) se muestra una nota más clásica en nariz y en boca un nervio ácido más claro. El viñedo se plantó en 1974, el suelo se caracteriza por ser profundo y uniforme, de textura franco-arcillosa y con gran capacidad de retención de humedad. Finalmente, en Tupungato, Valle de Uco (1150 msnm) el vino es más fresco en nariz, con notas ácidas y tánicas que lo hacen muy determinante. Con respecto al suelo, se destaca por ser profundo y uniforme, con una textura franco-arcillosa, además de tener una gran capacidad de retención de humedad. Podemos encontrar el viñedo desde su plantación en 1974.
 
El proceso de elaboración de la Bonarda parte desde un manejo vitivinícola claro, preciso y específico. Cabe destacar que este varietal es vigoroso y productivo, por ende, es necesario administrar su producción para alcanzar un equilibrio follaje-racimo adecuado y lograr su perfecta madurez. Luego, en bodega, el enólogo hace un manejo racional de los procesos de extracción de los componentes de la piel y una correcta gestión de los azúcares de la uva. El contacto con madera es el pináculo final del proceso, ya que como variedad requiere del aporte de los taninos que obtiene de barricas para lograr su maduración en el tiempo.
 
A nivel mundial, existen 36 sinónimos de la denominación de Bonarda. Si bien está difundida en Francia, Italia, Estados Unidos y en Argentina, en nuestro país posee la superficie más grande con 18.000 hectáreas. La Bonarda es una cepa muy antigua en Argentina. De hecho, uno de los primeros censos vitivinícolas, la ubican en el año 1934 y contabilizan implantaciones de esta variedad antes de 1900.

NIETO SENETINER, Trilogía de Bonarda 2018, Desierto de Lavalle.

Notas de frutos rojos maduros que combinan con la vainilla del añejamiento en roble francés. Destaca en boca la sensación dulce sobre la acidez y los taninos.