Séptima Sauvignon Blanc
Séptima Sauvignon Blanc pertenece a la línea Séptima que es la embajadora de la bodega y lleva el ADN que nos caracteriza.
Practicamos una enología limpia, de poca intervención y respetuosa, tanto de las características varietales como las del terruño.
De la mano de una generación pionera en la producción de vinos modernos argentinos de alta gama, en nuestra línea Séptima elaboramos vinos actuales, que buscan manifestar la identidad y genuina expresión de cada terruño y cada cepa.
¿Qué define a nuestra línea Séptima?
Historia, herencia y visión: El espíritu explorador de la familia Raventós Codorníu y su convicción de que cada terruño es único, los trajo al nuevo mundo, donde encontraron un enclave excepcional en el corazón de la montaña y allí emplazaron terruños vitivinícolas.
Un entorno privilegiado: Nuestra Finca Emblema de 156 hectáreas plantadas con vides adultas, sanas y equilibradas, en un terruño con características privilegiadas.
La clave: la gente. Capitalizamos 450 años de historia e incorporamos nuevos aprendizajes, con un equipo de gente comprometida con el entorno, el producto y el consumidor. Este equipo realiza un trabajo a largo plazo, pensando, además, en las generaciones futuras.
La línea Séptima está compuesta por Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Rosado de Malbec, en los que se expresa la fruta de manera transparente.
Los vinos de nuestra línea Séptima son limpios, jóvenes, puros, directos y de cepas clásicas, con la expresión del terruño mendocino. Ejemplares modernos, con personalidad y estilo, sofisticados.
Séptima son los vinos que legaron el nombre de la bodega y el prestigio de una de las casas vitivinícolas más antiguas y reconocidas de Europa: Raventós Codorníu.
Séptima Sauvignon Blanc
Maridaje ideal: Ceviches, sushi, pescados frescos, ensaladas verdes y frutos secos.
Temperatura de servicio: 7 a 9 grados.
Vista: Amarillo pálido con reflejos verdosos.
Nariz: De aroma intenso con notas que recuerdan a flores blancas y frutas tropicales como el maracuyá y ananá.
Boca: Vino que ingresa a la boca con todo su potencial aromático donde seguimos encontrando las notas florales, tropicales, sumadas a las cítricas que le aportan gran frescura y persistencia.